Es ésta una novela fascinante, que leí con sorpresa y placer porque es un viaje no sólo a una ciudad impactante, sino a una cultura de la que ignoramos casi todo. Desde la ambien- tación y la peripecia del chico de barrio marginal que trafica películas porno y se mueve clandestinamente, incluso con sorprendentes episodios amorosos, todo concurre a una pintura epocal completamente desconocida para, por lo menos, los latinoamericanos. Ágil y divertida, esta novela de Xu Zechen, multipremiado joven autor chino, es altamente recomendable. No puedo sino dar una entusiasta bienvenida a la lengua castellana a esta novela inesperada. Mempo Giardinelli
Insectos en el ámbar representa la excelente muestra para conocer más profundamente la poesía china contemporánea, con recuerdos de Chuang Tzu. Autor descriptivo de las cosas del mundo y su mundo. Para él, traducir las imágenes reales en sombras es la tarea de la poesía. Poeta de grandes geografías de la historia y del alma del hombre. Lo que ve y sueña todo lo transforma para y en la poesía. En él, el mundo más pequeño adquiere vida y poesía. Nos dice: “La primavera nos llega de prisa”, pero está con nosotros y en el primer canto. Héctor Dante Cincotta
Una noche de tormenta, un cura rurales llamado a impartir un sacramento de urgencia a un recién nacido de cuya supervivencia dudan los padres. Veinte años después otra noche inclemente...
La mesura es el rasgo distintivo de esta última novela de Alina Tortosa. Cuando digo mesura no me refiero a un achicamiento en la pulsión emotiva de sus personajes, que no vacilan en actuar libres de ataduras convencionales, ausente en ellos la represión, el miedo instintivo a desplegar en la vida el horizonte tumultuoso de su derrame interior. El amor, la amistad, el deseo, las vocaciones individuales, son estímulos del mundo real, suceden, pero así como suceden también son capturados por la condición efímera de lo real, y es aquí donde el arte de Alina Tortosa aplica la mesura ontológica de su visión del mundo, donde el orden que merece el transcurrir de la vida impide la invasión diabólica, el encarnizamiento vengativo, la desesperación que anula toda posibilidad de nuevos encuentros con la plenitud y la felicidad. No hay cadalso para la frustración, y así como la llanura (tema significativamente luminoso en esta novela) ve brotar sus espigas, sufrir las sequías, alborotarse ante el milagro de la lluvia, así también la voluntad de los individuos surge, se desploma, vuelve a nacer, aceptando que lo efímero tampoco es eterno y vale la pena mantener la calma esperando los retoños de alguna emoción inédita. Luis O. Tedesco
Esta es una historia que abarca doscientos años de una familia, hasta llegar a la actualidad. Soy consciente de que cuando se escribe sobre personas reales, se debe tener cuidado, y no relatar situaciones que los puedan perjudicar. Esta es la gran diferencia entre escribir sobre personajes ficticios o reales. A los ficticios nada de lo que escribimos les puede molestar. Por eso conviene contar sobre personajes reales como si fueran inventados, mezclando generaciones, cambiando nombres, y ubicaciones. Los siete personajes elegidos para este libro atraviesan distintos tiempos, pero viven o terminan su vida en el campo, algunos atravesando malones indios y momentos de gran peligro; otros transcurren parte de sus vidas en distintos países, pero al final terminan viviendo en su lugar de origen, como si ese lugar fuera el que cerrara un círculo perfecto .
Azar y destino. La eterna pugna entre las luces y las sombras, el amor y el dolor, la esperanza y el hastío, el bien y el mal. Las historias que deambulan por el Laberinto de los Amores Perdidos y otros cuentos son la reiteración de la preferencia literaria de Baltasar Santos Levantesi, novel autor que debutó con Gladiador de Sueños y que mantiene su propuesta – muy al estilo freudiano – en la que el subconsciente irracional parece adueñarse de su pluma y rompe las barreras entre realidad y fantasía, conduciendo al lector por la senda del surrealismo, las alucinaciones y el delirio.